La revolución digital, junto con los desafíos ambientales, económicos y sociales imprevistos que nuestro mundo enfrenta hoy, insta a la arquitectura a sacudir gran parte de las tradiciones y las bases sobre las que funcionó durante las últimas décadas, si no siglos.
El diseño combinado con la ciencia multidisciplinaria son las dos herramientas poderosas para que la arquitectura innove revolucionariamente y genere un impacto positivo y un cambio a nuestro entorno construido.
Al aprender de la biología sintética y la naturaleza, la arquitectura puede innovar redefiniendo el entorno construido y las ciudades como organismos vivos; organismos que pueden filtrar el aire, generar energía y autorregular su temperatura, operando en un metabolismo circular, impulsado por los principios de producción de recursos, reutilización y ciclo ascendente. Teniendo en cuenta que hoy nuestros edificios son los mayores agentes contaminantes de CO2 y consumidores de energía, y el sector de la construcción es el mayor generador de residuos del mundo, se insta a la arquitectura a redefinir el metabolismo de edificios y ciudades.
Al aprender de la ciencia de los materiales y la construcción con control numérico por computadora, la innovación en la tecnología de edificios arquitectónicos, como la impresión 3D, puede abrir el camino para construcciones rápidas, de bajo costo y 100% naturales para áreas urbanas y rurales de todo el mundo. Considerando que actualmente 1.600 millones de personas no cuentan con una vivienda adecuada, y que en los próximos 15 años se necesitará un promedio diario de 100.000 casas para albergar a la creciente población, es una necesidad urgente poder construir de manera rápida, asequible y en áreas remotas.
Al aprender del data science y las ciencias sociales, la arquitectura puede innovar, incorporando procesos participativos tecnológicamente mediados para la inclusión ciudadana en el diseño y la planificación de los procesos de toma de decisiones. El Big Data, la inteligencia artificial y los procesos colaborativos masivos sentarán las bases para nuevos modelos de diseño arquitectónico y urbano colectivos que sirvan tanto a las personas como a las estrategias de resiliencia para el entorno en el que habitan.
En lugar de simplemente explorar tecnologías para probar sus límites o potenciales, se insta a la arquitectura a innovar planteando las preguntas apropiadas para un impacto positivo radical en la forma en que vivimos e interactuamos. Las tecnologías, aquí, se convierten en aliadas en una batalla sin precedentes para restaurar los efectos de nuestro impacto humano en un mundo que a su vez está cambiando a velocidades no concebidas.
Areti Markopoulou es Directora Académica de IAAC y fundadora de Advanced Architecture Group.
Durante Octubre, ArchDaily cubrirá temas en torno a la innovación, desde automatización hasta fachadas inteligentes, pasando por arquitectura resiliente, la respuesta de nuestra disciplina al cambio climático y plantas adaptativas generadas por algoritmos.
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